La República, uno de los diarios económicos y financieros más importantes de Colombia, ha publicado la tribuna de Núria Vilanova titulada “Comerciar entre vecinos, riqueza mutua”, en la que analiza la necesidad de reforzar el comercio intrarregional en Latinoamérica y los beneficios que traería consigo este impulso.
«“Es más fácil exportar a China que al vecino de al lado”. Esta frase, lejos de ser una exageración, es una realidad que retrata bien una de las asignaturas pendientes de Latinoamérica: la debilidad del comercio intrarregional. Por ese motivo, la apuesta por comerciar con los vecinos es un reto que no debe pasarse por alto y más en un contexto como el actual en el que es necesario impulsar la diversificación exportadora en mercados y en productos. Según la Cepal, en 2016 el comercio intrarregional siguió cayendo (-15,2%) y ahora solo alcanza 15,5%, el nivel más bajo en los últimos diez años. El comercio interregional apenas supone 20% del total en América Latina, cuando en la UE el porcentaje alcanza 60% y, entre los países asiáticos, 50%.
El comercio intrarregional no tiene efectos taumatúrgicos, pero sí fuertes encadenamientos y puede servir para dinamizar numerosos sectores. En primer lugar, el de las infraestructuras y la logística. Latinoamérica necesita, como dice el banco de desarrollo de América Latina, CAF, duplicar su inversión en capital físico (de 3% a 6%) para estar mejor intercomunicados lo que redunda en mayores facilidades y estímulos para el comercio intrarregional. La falta de buenas carreteras, aeropuertos o vías férreas es uno de los principales obstáculos para el desarrollo del comercio entre países del área.
Mejorar la conectividad interregional mediante la modernización de aeropuertos, puertos, transporte por carretera y ferroviario convertiría además en más competitivas y productivas las exportaciones latinoamericanas. Es una cuestión de infraestructuras, pero también de simplificar los sistemas públicos de aduanas y controles sanitarios que acaban encareciendo el comercio y desemboca en que se exporte antes a países de otros continentes donde resulta más fácil y barato».
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Si quieres leer de forma completa la tribuna de Núria Vilanova en La República, puedes hacerlo aquí.