En el actual contexto económico, las compañías necesitan abastecerse de información concreta y útil que, utilizada de manera inteligente, les permita tomar decisiones y adelantarse a los cambios que el mercado demanda de forma constante. Los consejos de dirección requieren de servicios, en su gran mayoría externalizados, de obtención de información sobre cambios económicos, tendencias del mercado y sobre sus competidores para tomar decisiones estratégicas y competitivas en el mercado en el que operan.
La denominada “Inteligencia económica” o “competitiva” es el resultado de la aplicación del denominado Ciclo de la Inteligencia en los procesos de obtención de información con fines empresariales. Estos procesos, aplicados con rigor, permiten dotar al decisor de información relevante sobre los temas concretos que le interesan. Los procesos de obtención de información realizados bajo procesos metodológicos dotan al decisor de los datos concretos, útiles y necesarios a la hora de tomar una decisión estratégica.
Entonces, ¿cuál es el proceso por el que la información se transforma en inteligencia? El ciclo de Inteligencia se desarrolla en cuatro fases, de dirección o planificación, de obtención, de análisis y de difusión. Con esta metodología, la información, que es una herramienta y no un fin en sí misma, se procesa de acuerdo con una finalidad estratégica definida, lo que asegura la calidad y la utilidad de la misma. En este sentido, podemos afirmar que la inteligencia no se reduce a una cuestión de cantidad, sino de calidad.
Para profundizar en este tema consulte el documento La inteligencia competitiva al servicio del sector privado