Caminamos en continuo movimiento, nada permanece quieto, nos movemos…
La actualidad viene marcada por un avance vertiginoso en la forma de reaccionar ante las exigencias de la competitividad empresarial. El mundo empresarial actual viene marcado por tres ejes que se están convirtiendo en palancas clave:
- La innovación
- La eficiencia
- La superación continua
Es esta última palanca la que facilita que las dos anteriores se consigan, es la que acompaña a la visión estratégica de las empresas, es la capacidad de anticipación, la visión, el reto continuo. Es atreverse, es querer ir a más.
La superación, cerca de ser una competencia en Recursos Humanos, no es solo un objetivo sino un sentimiento, es eso que está ligado al compromiso, al entendimiento de negocio como reto propio y tiene que ver con los comportamientos y con las actitudes y al fin y al cabo con el nivel de querencia por la empresa que hace que el esfuerzo de superación sea voluntario.
Pero ¿qué está pasando en las organizaciones?
Muchas empresas han hecho sus deberes y reman hacia la superación, necesitan ser más competitivas para mantenerse en un mercado altamente exigente y cambiante y se han preocupado y ocupado por adaptar el negocio a los nuevos entornos. Pero no es suficiente porque sus equipos van a otra velocidad, no todas las personas siguen el reto empresarial, los equipos no están necesariamente comprometidos con los cambios.
¿Qué palancas intervienen para que esto cambie?
Que las cosas sucedan como siempre, trabajar siguiendo la inercia del pasado no facilitará la superación del grupo. La dirección y su directores tienen que alienarse con una estrategia de comunicación que ayude a:
- Conseguir un alto grado de identificación del equipo con la organización
- Trasladar (declinar) la estrategia y objetivos empresariales
- Proporcionar las herramientas necesarias para el desarrollo de competencias
- Comunicar para visibilizar el impacto del trabajo individual en el reto de negocio
- Reconocer los logros y aprender de los errores generando un clima de confianza orientado hacia el aprendizaje continuo y la superación individual y colectiva
Estos factores junto con una propuesta de valor atractiva facilitarán el acercamiento a la corporación con la alta dirección como impulsora del cambio, los directivos como facilitadores y los equipos como motor que avanza con orgullo de trabajar y de pertenecer a la marca a la que representa.
Y en las distancias cortas, ¿qué hacer?
Partiendo de esa estrategia corporativa es fundamental definir una estrategia de comunicación que posicione mensajes corporativos a trasladar a los equipos, el relato de empresa, los retos concretos a conseguir, el sentido y la razón del rumbo de la compañía, lo que se espera de los mandos y de sus equipos y las herramientas a disposición de las personas para conseguirlo.
Y aquí volvemos a recuperar el título de este post, no es suficiente conocer al equipo en relación a cómo desarrolla su función en base a las competencias asociadas…, es fundamental tener una escucha activa y permanente respecto a cómo es, cómo se relaciona cada uno de los miembros con el resto, qué fricciones existen, cómo es la comunicación interdepartamental, cómo son las percepciones y las actitudes, cómo contribuye cada persona al reto de compañía.
Las personas recuerdan a las empresas por las que han pasado por sus jefes, por la capacidad del líder de escuchar y ayudar desde la individualidad entendiendo la diversidad en el equipo, por su capacidad de comunicación , de integración y de motivación y por su habilidad para identificar actitudes y dificultades del día a día. Por ser, en definitiva, capaz de ayudar al colaborador motivando y reconociendo permanentemente el esfuerzo y los avances conseguidos.
El compromiso, el esfuerzo y la superación empieza por la dirección, por los líderes, el efecto espejo se cumple. Motivar al equipo para llegar a la superación no es suficiente, hay que dar motivos y ejemplo para que el equipo quiera superarse.
Escuchar no es suficiente, hay que pasar a la acción.