La situación actual está provocando muchos cambios en el sector periodístico y de la comunicación. Todos los que trabajamos en él hemos comprobado en los últimos meses o años cómo los procesos y usos están cambiando y hacia donde se dirigen.
El cierre de revistas especializadas, periódicos, radios, sumado a los interminables EREs en grupos de comunicación, nos plantea un panorama cuando menos algo especial para el futuro: la contracción de un sector o un mercado de este calibre y las consecuencias para los diferentes players que en el convergen.
La primera de las consecuencias es el gran recorte de presupuestos que casi todas las empresas han realizado en sus partidas de marketing y comunicación. Este tijeretazo hace que el volumen del mercado y el tamaño del mismo se reduzcan drásticamente. Muchas agencias y comunicadores freelance están sufriendo una pérdida de negocio preocupante para su subsistencia.
Esta es la consecuencia más visible y preocupante. Pero existe otra que puede ser mucho más importante a la larga para todos aquellos que sobrevivan a esta crisis. Ante la falta de medios donde comunicar y el empequeñecimiento del sector, a las empresas que continúen haciendo comunicación se les presenta un dilema: ¿Dónde salimos?
Llevamos un tiempo observando cómo, en las propuestas y nuevas campañas que ponemos en marcha, nos piden ante todo impactos de calidad, no gran cantidad de impactos. Las necesidades del cliente han cambiado y ahora busca dirigir al máximo sus esfuerzos en comunicación y economizar las acciones enfocándose hacia su verdadero cliente o receptor. Ahora quieren aparecer en los medios que maximizan su impacto ante el mayor número de potenciales clientes o usuarios.
Así pues, pasamos de una época en la que queríamos salir en todos los sitios posibles a una época en la que queremos salir menos pero mejor, donde nuestro retorno de la inversión sea mayor y donde podamos justificar una inversión de la compañía.
Ahora queremos hacer cosas “más pequeñas o más centradas”. El cliente busca acciones de mayor calado e importancia. Busca que le ofrezcamos la posibilidad de salir en los medios más importantes y de conocer a los directores de los medios de primer orden. El todo vale, ya no es útil para las compañías. Las agencias ahora tenemos que ser “más exquisitos” y nuestro servicio tiene que ser de más calidad si es posible.
Pero, se me plantea una nueva pregunta, ¿No es posible que lleguemos a una saturación de los medios de primer nivel y tengamos problemas de visibilidad? ¿Ya hemos llegado a esa saturación? Si somos demasiados para estos medios, ¿dónde podrá aparecer nuestro cliente?
Imagen: micora