Gestionar la suma de talentos senior y junior cobra una relevancia capital en la era digital. Hoy día en las empresas conviven hasta cuatro generaciones de trabajadores: Baby boomers, Generación X, Generación Y y Generación Z. Este hecho, que se produce por primera vez en la historia, redobla la presión sobre los departamentos de Recursos Humanos.
Mientras que los Baby Boomers (y también la Generación X, aunque estos en menor medida) se caracterizan por un gran respeto por la autoridad, por buscar seguridad y estabilidad y por ser más adictos al trabajo, los Millennials abogan por el estilo participativo, los proyectos motivadores y la conciliación laboral y personal. La última hornada de profesionales, los jóvenes de la Generación Z, han nacido a partir de 1995 y extreman el desafío, ya que tienen bajos niveles de fidelidad corporativa, escogen proyectos que encajen con sus valores y dan prioridad a la ética por encima de la notoriedad de la marca a la hora de elegir una empresa para trabajar.
¿Cómo convertir estas diferencias en una oportunidad para sumar talentos?
- Usar la tecnología como aliada. La digitalización consustancial a los Z, animará a la propia digitalización de otros colaboradores pertenecientes a otras generaciones, lo que redundará en un mayor desempeño y una más alta productividad global.
- Entornos de trabajo colaborativos. Las empresas deben crear entornos de trabajo honestos y participativos, flexibles, y propiciar esferas de libertad individual.
- Planes de carrera innovadores. Las rutas personalizadas para los empleados deben servir de verdad para detectar habilidades y talentos, dando cauce a la creatividad.
- Canales de comunicación fluidos. Millennials y jóvenes Z tienen mayor necesidad de feedback, lo que implica que gerentes y jefes de equipo deben abrir canales de comunicación permanentes. Eso beneficiará también a equipos de generaciones quizá más acomodaticias.
- Reforzar políticas de capacitación y desarrollo. La gestión de la diversidad generacional no puede ser igual en todas las empresas, debe adaptarse a cada organización,pero siempre con el foco en las personas y los resultados. No existe una relación entre la edad y el talento, los profesionales más maduros no son peores ni los más jóvenes mejores. Las competencias están en la persona, no en la edad.