Estrenamos año y, con su llegada, nos planteamos flamantes propósitos, nuevas metas y, cada vez más, hacemos hueco a innovadoras tecnologías capaces de facilitarnos la vida tanto a nivel privado como profesional.
Todo apunta a que 2015 será el año de la consolidación de los wearables o vestibles, una serie de tecnologías que, en absoluto, nos son ajenas, ya que a lo largo de 2014, y según un estudio del Center of Retail Research para Samsung, se habrán vendido más de 1,6 millones de unidades, de las cuales casi 490.000 se comercializaron durante las fiestas navideñas. Relojes, pulseras y gafas inteligentes o prendas de vestir conectadas permiten a las personas acceder a la misma información y aplicaciones a las que ya llegan a través de sus teléfonos inteligentes, tabletas o laptops, además de, claro está, de facilitar la comunicación en cualquier formato –voz, datos e imágenes.
Marcas como Asus, Sony, Samsung, Motorola, TomTom o Apple, que prevé lanzar en los primeros meses de este año un innovador reloj que ha puesto en guardia a la propia industria relojera suiza, han visto un nuevo filón en el desarrollo de estos novedosos accesorios que, a partir de unos sensores y de tecnologías inalámbricas tales como Bluetooth, Wi-Fi y GPS, pueden hacer las veces de pulsómetro, termómetro, altímetro, barómetro, brújula, cronógrafo, calculadora, teléfono móvil, pantalla gráfica, altavoz o agenda, entre otras muchas. De un solo vistazo, el usuario accede a distintos parámetros relativos a sus constantes (pulsaciones, nivel de stress), a sus propias marcas en el desarrollo del deporte de cara a ajustar sus condiciones, sin poner en riesgo la salud, o a su agenda con el fin de fijar una determinada reunión.
Además de los vestibles, 2015 será el año de la expansión de Internet de las Cosas (IoT) o la capacidad, previamente conocida como conexión M2M (máquina a máquina), que permite conectar en red objetos. Todo estará conectado: nuestro coche, para ofrecernos información útil o para informarnos sobre una posible avería en el motor; nuestro frigorífico para alertarnos sobre la caducidad o falta de un determinado producto; nuestro cepillo de dientes para detectar una posible caries y, ya de paso, concertar una cita con nuestro dentista, o nuestra casa, para regar el jardín cuando las plantas empiecen a necesitar agua o encender nuestra calefacción unas horas antes de llegar de viaje. El combustible que impulsará esta reinvención de los objetos será el dato, un elemento que se posiciona ya como el nuevo petróleo del siglo XXI, y que será clave de cara al futuro. Su adecuada gestión, permitirá a las empresas e instituciones conocer más sobre los gustos, aficiones, deseos, necesidades de sus clientes y potenciales compradores, abriendo una nueva vía de negocio, basada en la segmentación de audiencias, lo que permite ofrecer a cada persona lo que realmente le interesa.
Otro segmento de la tecnología que brillará con luz propia a lo largo del año que acabamos de estrenar es el de los drones. Pese a los problemas legislativos que les rodean, estos artilugios voladores están llamados a jugar un papel preponderantemente útil para empresas e instituciones en el desarrollo de múltiples funciones: desde el uso militar o la detección de incendios hasta la investigación pasando por el reparto paquetes (mensajería) o la monitorización de cultivos. Como los drones, los robots desempeñarán un rol destacable tanto a nivel industrial como, de modo creciente, a escala doméstica.
También se augura un importante crecimiento durante 2015 a la realidad virtual, con aplicaciones muy productivas en el ámbito de las ventas, la publicidad o los videojuegos, abriendo a millones de jugones una puerta a apasionantes mundos en los que vivir aventuras en primera persona. La realidad aumentada dará, igualmente, mucho que hablar este año, proporcionando información local útil a las personas, a través de la localización en el propio smartphone de los servicios que se precisan en cada momento y lugar.
Por último, el sector espera que se disparen las ventas de las nuevas impresoras 3D, que permiten imprimir tridimensionalmente diseños realizados por ordenador, y que están teniendo una amplia aceptación en sectores como el manufacturero, la construcción, el automóvil o incluso el sanitario.
¡Feliz año tecnológico a todos!
Foto: Google Glass