Hogar dulce hogar. Ésta es la típica expresión que se nos evoca cuando llegamos al fin a casa. Pero, ¿será así en 10 años? Lo de dulce no lo sabemos, pero de lo que estamos seguros es que serán interactivas. Prepárese que para cuando llegue a casa ya no sólo será el perro quien salga a recibirle, su hogar también le dará la bienvenida. Se encenderá la televisión y se le mostrarán sus correos y actualizaciones en redes sociales.
No se sorprenda si la casa se acondiciona cuando se levante, le vaya preparando el café y las tostadas y le muestre su agenda en el espejo del lavabo mientras se asea. Además, no tendrá que preocuparse de si se deja algo encendido, “la casa” detecta cuando se marcha. Sistemas de seguridad activados.
¿Dónde están las llaves? Olvídese de eso, su casa le reconocerá, aún está por ver si por detección facial, mediante huella o mediante algún tipo de chip.
El confort aparecerá en su máximo exponente, cambiando incluso nuestro estilo de vida. Las neveras adaptaran las temperaturas según los alimentos, se podrá congelar y descongelar con rapidez y le mostrará menús saludables dependiendo de los alimentos que contenga. No tendrá que preocuparse de hacer la lista de la compra, la nevera la hará por usted e incluso podrá contactar con el centro de alimentos que usted elija. Conecte el lavavajillas a través del móvil. Todo estará conectado. Los miniordenadores se incorporarán a la ropa, y también a los electrodomésticos, llegando a reconocer rostros e incluso nuestro entorno.
¿Y qué me pongo? A golpe de orden podrá ver qué tiene en su armario, qué le recomienda el armario ponerse según el clima o incluso le ayudará a hacer limpieza de su armario descartando las prendas que lleve cierto tiempo sin ponerse. Además, habrá espejos que, sobre el propio reflejo, realizarán diferentes simulaciones de maquillaje o cambiarán los colores de la ropa que se lleve puesta para elegir la mejor combinación posible.
También “la casa” se preocupará por su salud, midiendo sus pulsaciones, detectando caídas y conectando con emergencias.
¿En cuanto al baño? Ya se sueña con duchas que se conecten al móvil y con un inodoro con música, que levante y baje la tapa solo y que tenga calefacción o aire acondicionado. Bañeras con sistemas de microburbujas, idóneas para cutis sensibles y para limpiar no solo la superficie de la piel, sino también la grasa y los folículos.
En cuanto a la cama, cortinas que harán que se quede completamente a oscuras, sistema multimedia con proyectores, conectividad con el resto de la casa para que no tenga que moverse una vez se meta en ella.
Cocinar ya no será más un problema, robots que prácticamente harán todo por usted, recetas a su gusto. Y aún hay más, televisores invisibles, jardines que se arreglan solos, garajes inteligentes, buzones que refrigeran productos frescos enviados por correo…
La oficina que se incluye en la casa tendrá una pared de cristal que podrá «empañarse» cuando uno quiera más privacidad y un equipo informático pensado para el teletrabajo multinacional, lo que implica sistemas de traducción instantánea para videoconferencia.
Además la estructura de la casa (tuberías, electricidad sistemas de acondicionamiento) podrá ser visionada de manera sencilla, realidad virtual. El espacio se protege con mejores aislantes y pinturas que repelen el calor o el frío. Todo estará controlado mediante un software, sin olvidarse de la sostenibilidad claro.
Bienvenido a la nación interactiva de tu casa.
Foto CC: Rob Lambert (Flickr)