A todos nos ha pasado que decimos una cosa y nos entienden otra, o que nos enteramos por terceras personas de temas importantes de los que nos habría gustado ser informados en primera persona; o que nos llega la información incompleta, cambiada… ¡El dolor de cabeza de la comunicación! Y si se trata de comunicación interna en las empresas puede significar la diferencia entre eficacia o torpeza.
Una buena o una mala comunicación interna es la piedra de toque, el engrane que permite que el coche avance, que una empresa sea productiva y que los que la constituyen tengan todas las claves para un desarrollo profesional que beneficie a todos. Y siempre, siempre, siempre, tiene consecuencias…
Consecuencias de una mala comunicación interna:
- Radio pasillo es el rey y se generan rumores. Cuchicheo. Se baja la voz.
- Como la información es poder aquí nadie dice nada y me guardo “mis secretos”.
- El equipo no se involucra y está desmotivado.
- Se tiene complejo de bombero: solo cuando la alarma suena y hay que apagar un fuego -¡y no se diga si es un incendio!-, se actúa.
- Se generan conflictos y malentendidos: creí que, me dijo que, entendí que…
- Expertos en “echarse flores”, o como se dice en México, “echarle crema a los tacos”, es decir, se informa solo de lo bueno y de manera exagerada; peeeero…, de los errores y de lo que hay que mejorar no se dice nada de nada. Queda bien guardado en el cajón o en el último rincón del trastero.
- Se justifica todo y se buscan culpables. (El culpable normalmente es “el otro”, vaya usted a creer que aquí alguien hace algo mal…, siempre “el otro”)
- Lo más simple se convierte en una auténtica pesadilla. Es fácil ahogarse en un vaso de agua.
- Frustración y desmotivación. Críticas y quejas.
- Retrasos y embudos innecesarios en los flujos de trabajo.
…
Ventajas de una buena comunicación interna:
- Equipos más integrados que son y se sienten parte de una organización.
- Motivación. El miedo a opinar y decir lo que realmente se piensa desaparece.
- Contar con toda la información favorece la correcta toma de decisiones.
- Equipos eficientes que trabajan mejor y más rápido.
- La transparencia quita esa sensación de que hay algo oculto.
- Confianza y clima de trabajo positivo.
- Comunicación a todos los niveles de la empresa. Dicho de modo coloquial, comunicación de un lado a otro, de arriba abajo, de abajo a arriba. Empresas realmente verticales.
- Empresas con mejores resultados.
- Empresas que valoran la escucha.
- Se dice lo malo, pero también lo bueno, y se habla de oportunidades y fortalezas con la misma franqueza. ¿Quién no agradece un “gracias, buen trabajo” después de un listado de errores y prácticas a mejorar?
Y hasta aquí llegamos porque lo que ahora toca es disfrutar del verano ;)