Según la RAE, portavoz es aquella “persona que está autorizada para hablar en nombre y representación de un grupo o de cualquier institución o entidad”. Sin embargo, hoy en día un portavoz es mucho más que eso. Así, se ha evidenciado en el Foro ATREVIA Personas ‘Nuevos retos del portavoz corporativo’ donde los periodistas Fátima Iglesias y Baltasar Magro han explicado cómo en la actualidad, la función del portavoz no es ser el mero transmisor de los mensajes de una organización, sino que se ha convertido en una figura clave en la reputación de la imagen de cualquier compañía.
Ahora debe conversar y empatizar, controlar más canales que nunca y digitalizarse, conocer el entorno y ser capaz de explicarse ante un panorama mediático menos especializado. Más que nunca, debe estar formado para asumir esta responsabilidad.Y es que, además, la sociedad ha comenzado a demandar a las organizaciones algunos comportamientos que el portavoz debe conocer y para los que, sin duda, debe prepararse como por ejemplo:
- Imperfección: Hoy los ciudadanos perdonan un error de una marca pero no un silencio. Contar, responder y anticiparse a cualquier asunto que pueda afectar a la imagen de la compañía es clave para un portavoz.
- Micropoder: El cliente ya no sólo tiene la razón, tiene el poder. Una sola persona puede desprestigiar a una marca y, además, pide cuentas, exige respuestas, es selectivo y está muy informado.
- Digitalización: Las redes sociales e Internet han cambiado nuestra sociedad y son incluso más consultados que un periódico. Una compañía, y su portavoz, que no estén inmersos en este mundo están lejos de la realidad.
- Responsabilidad Social Corporativa: La RSC origina nuevas oportunidades de negocio, ayuda a conectar con consumidores de nuevas generaciones y genera credibilidad por lo que las compañías no deben dejar de lado este asunto.
¿Y cómo construimos nuestra intervención para que llegue a esta sociedad que exige este nivel de transparencia y coherencia?
- Preparando siempre nuestra intervención. Es esencial conocer el contexto y tener claro los mensajes. No hay lugar para la improvisación.
- Ofreciendo siempre la verdad. Con respuestas breves, claras y concisas y en un lenguaje cercano y positivo.
- Adaptándonos a los nuevos canales. Las redes sociales son un lugar de encuentro donde las empresas, cada día más, se juegan su reputación. Escuchar y empatizar, es básico para el nuevo portavoz.
Los portavoces necesitan, por tanto, formarse y prepararse para responder a las demandas que exige la nueva realidad, los nuevos canales y el nuevo consumidor. Quien continúe pensando que es un mero transmisor de información no estará a la altura de la nueva situación.