El silencio está sobrevalorado, pues en numerosas ocasiones la escasez de conversación, en el caso de los contenidos, es la principal preocupación de las marcas a la hora de posicionarse ante la opinión pública. Contradiciéndome, seguro que todos estamos de acuerdo en que el silencio también es necesario, en según qué situaciones, aunque siempre tengamos algo que contar.
Las marcas siempre tienen algo que contar. Tendemos como costumbre a comunicar hitos corporativos de las mismas, tendencias de mercado recogidas en estudios, informes, o cualquier otro documento que posea datos. ¿Pero que hacemos cuando, de verdad, no hay ningún material que se preste a ser de interés para los opinion makers?
En estos casos es importante analizar la marca desde una perspectiva global, y hacer un esquema, desglosando las diferentes áreas o especialidades de la compañía para crear una información de interés. Muchas veces solo basta con una llamada, o una pequeña conversación en su defecto, pues los brains express suelen inspirar de manera positiva para crear contenidos interesantes sin necesidad de aportar datos de mercado, a veces es buena idea aprovecharse de los hitos que marca la actualidad (new hijacks).
Es cierto que los números importan, pero en determinadas ocasiones, y cuando no contamos con ellos, es necesario detectar los públicos objetivos a los que atacar y buscar el formato adecuado. Existen multitud de oportunidades de colaboración con los líderes de opinión, que nos ayuden a posicionar a las marcas en la punta de la pirámide del éxito. ¿Recursos audiovisuales, red de embajadores, apostar por las foto-galerías para explicar procesos complejos? Es importante analizar el sector de negocio, y ver qué está haciendo la competencia antes de tomar una decisión.
Existe una labor pedagógica dentro de los departamentos de comunicación, que va mucho más allá de los gabinetes de prensa, para apostar y asesorar a los directores generales sobre la mejor opción para comunicar según que contenido. Es importante tener en cuenta y saber diferenciar que la calidad va mucho más allá que la cantidad. Pues al final, teniendo en cuenta las métricas, el resultado acaba siendo similar.
Ante reputación, sí que existe una cierta diferenciación, pues la innovación en cuanto a formatos y acciones puede hacer que los usuarios y la competencia reconozcan a la marca el título de líder dentro del sector (cualquiera que sea), y ese es uno de los principales objetivos del departamento de comunicación.
En definitiva, estamos ante un cambio de paradigma donde las funciones de los departamentos de comunicación van más allá de las tareas de los responsables de prensa, apostando por la búsqueda de nuevos formatos que intenten calar entre los líderes de opinión; cada vez más exigentes. El secreto es sencillo, a parte del uso de la pedagogía dados los avances del mercado tras los nuevos perfiles millennials y Z, la apuesta por la creatividad (teniendo en cuenta altas dosis de innovación) es otro de los principales factores en los que trabajar ante el futuro del sector.