Sin duda, si hay algo importante e imprescindible a la hora de trabajar en las relaciones públicas, es contar con una gran capacidad comunicativa. A ella le deberán de acompañar habilidades como la confianza y la capacidad de escuchar. Pero según Sara Fletcher en PR breakfast Club la habilidad común a todos es la inteligencia emocional, la capacidad de percibir las emociones de los demás y juzgarlas correctamente. Esta cualidad marca la diferencia entre un buen profesional y uno grande.
La inteligencia emocional da la capacidad al profesional de identificar, evaluar y controlar las emociones de nosotros mismos hacia otros. Hay dos componentes principales de la inteligencia emocional: la competencia personal y competencia social. Divididos a su vez en dos esferas: la capacidad de manejar comportamientos y complejidades sociales y la de tomar decisiones personales.
¿Cuál es la conexión exacta entre las relaciones públicas y la inteligencia emocional?
En esencia, la inteligencia de emocional se compone de cuatro rasgos, los cuales tienen una especial importancia en las Relaciones Públicas.
Conciencia de sí mismo: Determina la capacidad del individuo para percibir las emociones y estar al tanto de su propio estado emocional. Una persona que no puede controlar sus propias emociones y en ocasiones pierde el control, puede traer grandes consecuencias negativas para su empresa y pueden ser mucho peores si esta persona se encarga de la comunicación de la misma. Por tanto, conocerse a uno mismo y tener constancia de nuestros límites es una capacidad crítica para cualquier profesional de este entorno y que le ayuda a no perder el control.
Autogestión o saber gestionar el tiempo: Implica también la capacidad de poder controlar las emociones y adaptarse a situaciones cambiantes. Es importante ser flexible a los cambios que surgen en el entorno. Las relaciones públicas se mueven en un ambiente activo, cambiante que requiere una actitud organizada y eficiente para conseguir éxito.
Conciencia social: Se trata de la capacidad de percibir y entender las emociones de los otros y como se transcriben en las redes sociales. Los profesionales de las relaciones públicas interactúan con clientes, medios y proveedores a diario y deben tener la capacidad de adaptarse constantemente al cambio.
Gestión de las relaciones: Es la capacidad de tomar conciencia de las emociones de los demás y actuar conforme a ellas. Está relacionada con las anteriores características, un profesional de las relaciones públicas tienen que saber lidiar con emociones y sentimientos que no sean suyos y poder moverlos a su favor.
Imagen: highersights